El
30 de julio, la autoproclamada Mesa Estatal de la Profesión Enfermera, formada
por el Consejo General de Enfermería y el sindicato de enfermería SATSE,
firmaron un Acuerdo con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
(con su titular Ana Mato), denominado Pacto por la Sanidad, con el objetivo de
consolidar y garantizar la sostenibilidad y la calidad del Sistema Nacional de
Salud.
Hasta
aquí normal. Lo que debería ser una noticia más de la profesión, que ni
siquiera será leída por la mayoría de los profesionales de enfermería, puede
llegar a ser uno de los mayores atentados perpetrados contra nuestra profesión.
Vayamos
por partes. En primer lugar la forma es totalmente inaceptable, y así lo manifestó UGT en su INFORMA de 31 de julio (adjunto). Un Consejo
General de Enfermería (al que nos vemos obligados a pertenecer pagando unas
cuotas que sirven para mantener a un desconocido número de
"profesionales" de la representación colegial en Madrid) y un
sindicato corporativo, no ostentan la real y objetiva representatividad del
total de la profesión enfermera. Muchos colectivos (sociedades científicas,
asociaciones, el ámbito universitario con sus centros y sus estudiantes, etc.)
no están representados y cuentan con un gran número de profesionales que forman
parte de ellas de manera VOLUNTARIA. Tampoco olvidemos a los SINDICATOS
MAYORITARIOS de este País, entre los que se encuentra UGT y por lo tanto el SINDICATO DE
ENFERMERIA UGT, que continúa siendo invisible tanto para los órganos
del Gobierno como, lo que es inaceptable por denostar un manifiesto partidismo,
para los órganos colegiales de enfermería. No olvidemos que tod@s l@s
enfermer@s están por obligación colegiados, incluso l@s afiliad@s al SINDICATO DE
ENFERMERÍA UGT... aunque los responsables de los Colegios de
Enfermería y del Consejo General quieran ignorarlo.
Si
además nos fijamos en lo expuesto en el Comunicado de los Colegios Oficiales de
Enfermería de Alicante, Castellón, Islas Baleares, Murcia y Valencia, parece
que el proceso interno que siguió el Consejo General de Enfermería (al que, no
olvidemos, pertenecemos tod@s l@s profesionales de enfermería) no parece que
fuera la máxima prueba del funcionamiento de la democracia, más bien un
..."esto es lo que hay,... o estás conmigo o contra mí... y si es así prepárate".
Pero
este aspecto, que es tremendamente importante, es totalmente relegado a un
segundo plano cuando analizamos el fondo de la cuestión.
1.-
PRESCRIPCIÓN ENFERMERA:
Desde
el SINDICATO DE
ENFERMERÍA UGT ya nos hemos pronunciado en multitud de ocasiones y diferentes
foros sobre nuestra postura en este tema. Sin embargo, nunca hasta ahora nos
habíamos sentido como enfermer@s tan manipulados y tan menospreciados. A pesar
de la línea seguida por la Tribunal Superior de Justicia de les Illes Balears
al respecto, de las opiniones vertidas en varios Congresos, de lo manifestado
en múltiples blogs de enfermería, el Consejo General de Enfermería no solo
ignora esa línea de opinión, sino que se reafirma en considerar que toda la
enfermería de este país es tonta y que no tiene la más mínima preparación
profesional para prescribir lo que cualquier persona puede adquirir libremente
en cualquier farmacia o incluso supermercado. ¿Hasta qué punto el Consejo General
de Enfermería tiene derecho a minusvalorar de esta manera a todos los
profesionales? Yo, como ciudadano de a pie puedo ir a cualquier farmacia y
comprarme cualquier medicamento o producto sanitario (léase pañales, gasas,
etc.). Sin embargo, el Consejo General de Enfermería y el sindicato de
enfermería SATSE afirman y exigen al Gobierno que obligue a toda la enfermería
de este país a realizar un proceso de acreditación “científica” para poder
prescribir (escribir en un papel) la Orden de Dispensación Enfermera con
cualquiera de estos productos.
Es
insultante. Un atentado a la inteligencia de la enfermería y un menosprecio
total a todos los programas formativos universitarios de España. Por ahora no
nos queda más remedio que seguir colegiados, pero ¿seguirán voluntariamente afiliad@s
l@s profesionales de enfermería al SATSE cuando les considera incapaces de
prescribir este tipo de productos? Mucho nos tememos que sí… y este hecho solo
viene a dar la razón tanto al Consejo como al SATSE.
En
el peor de los casos podríamos discutir, e incluso aceptar, que se necesita una
mínima acreditación (más que nada una actualización o reciclaje de
conocimientos) para la prescripción enfermera de medicamentos sujetos a receta
médica. Pero el hacer extensiva esta necesidad a los productos sanitarios y a
los medicamentos NO sujetos a receta médica nos parece una forma muy sutil de
enmascarar un suculento encubierto negocio de formación. La Escuela de Ciencias
de la Salud del Consejo General de Enfermería y la FUDEN del SATSE ya ofertan
cursos de prescripción enfermera. Según el acuerdo firmado, se librarán de esta
necesidad los Graduados en Enfermería y la Enfermería Especialista, curioso
guiño al ámbito universitario que, junto a Colegios Profesionales y “entidades
profesionales que promuevan su desarrollo profesional continuo” (FUDEN =
Fundación para el Desarrollo de la Enfermería) son las únicas entidades
autorizadas para impartir la formación necesaria para obtener la acreditación
del Ministerio de Sanidad.
Así
están las cosas. El colectivo médico ha impuesto su criterio y ha conseguido
que sus “ayudantes” les cumplimentes sus recetas de forma legal (lo que se ha
venido haciendo toda la vida incurriendo en delito), que era lo único que les
interesaba. A partir de aquí el resto son trabas y ataques contra la
enfermería. Quienes debían defendernos han tragado con el único fin de poder
lucrarse con una formación totalmente innecesaria. Y, para colmo, nos dan 5
años a toda la enfermería no graduada ni especialista, para obtener la
acreditación. ¿Y si no me da la gana, qué pasará? ¿Me bajarán el sueldo (porque
subirlo ya queda claro en el documento que no lo harán ni generará ningún
derecho laboral)? ¿Me despedirán? ¿Tendré que dejar que el médico haga sus
propias recetas…? En fin… un poco de ironía en el tema…
Que
los/as colegiados/as pidan explicaciones al Consejo General, que los
afiliados/as pidan explicaciones al SATSE…. El SINDICATO DE ENFERMERIA UGT, si
no fuera responsable con la calidad asistencial y con el cuidado de los
pacientes pediría a todos los profesionales de enfermería que, hasta que todo
este tema se desarrolle, se limitaran a hacer estrictamente lo que dicen que
sabemos y no hiciera nada de lo que dicen no sabemos hacer y para lo que nos
van a exigir una acreditación. No prescribimos nada… el Sistema se colapsa en
un día.
2.-
ESPECIALIDADES.
Un
brindis al sol, lleno de buenas intenciones, “sujeto a la disponibilidad
económica de los Presupuestos Generales del Estado y de las CCAA”…. Vamos,
mañana mismo nos suben el sueldo, nos integran en el Grupo A1 y nos pagan un
complemento de especialidad…. Va a ser que no.
El
capítulo de las especialidades de enfermería tampoco tiene desperdicio. Han
pasado muchos años desde el Decreto de Especialidades de Enfermería y lo único
que consiguen es el compromiso del Ministerio de Sanidad a “definir y regular
las funciones específicas de los enfermeros especialistas; realizar un estudio
sobre las necesidades en enfermería especialista (a buenas horas), promover la
creación de la categoría de enfermero especialista en el SNS (no especifican
ningún aspecto económico ni laboral, ni si existirá libre movilidad entre
puestos de trabajo) y definir los puestos de trabajo que tengan que ser
catalogados como específicos en cada especialidad.”
No
hay plazos… ¿para qué? El punto 6 de este capítulo dice:
“A los efectos de garantizar la seguridad de los pacientes (parece que para
ellos toda la enfermería es peligrosa para la salud) y hasta que se desarrollen
en su totalidad las especialidades de enfermería, se acuerda promover un
sistema para que en el acceso a determinados puestos de trabajo para los
cuales, por su especialidad, resulte conveniente acreditar una cualificación
adicional, se requiera estar en posesión de un Diploma de Acreditación o
Acreditación Avanzada, conforme se determine en la norma correspondiente”.
Más
negocio a la vista. En vez de exigir al Ministerio de Sanidad que dedique todos
sus esfuerzos y recursos a finalizar el esperpéntico proceso de las
especialidades, ahora hay que redactar normas provisionales y temporales
mientras finaliza el proceso (pero sin prisa) que permitan al Consejo General
de Enfermería y al SATSE seguir lucrándose con la formación. Primero fueron los
cursos para la obtención del título de especialista por vía extraordinaria,
ahora serán los cursos para la acreditación o acreditación avanzada (dos
niveles para garantizar el negocio) para trabajar en puestos de especialista. Y
la enfermería de este país traga con todo. Se matricularán y pagarán… todo para
aumentar las posibilidades de trabajo. Pero ese es otro tema.
3.-
COMPETENCIA PROFESIONAL CONTINUADA (CERTIFICACIÓN Y RE-CERTIFICACIÓN)
Independientemente
de nuestra opinión al respecto, no es el momento de priorizar este tema. Cuando
las condiciones laborales son cada vez más precarias y cuando hay un índice de
desempleo en la profesión enfermera como nunca antes, hay temas prioritarios a
la certificación.
Es
una prueba más de que lo único que les motiva es perpetuar las fuentes de
ingresos con la formación. Se garantizan que toda la enfermería, graduada o no,
especialista o no, tenga que pasar obligatoriamente por caja para obtener un
certificado de acreditación de competencias y su correspondiente recertificación
periódica. Y me pregunto…una vez esté desarrollada esta certificación
¿continuará siendo obligatoria la colegiación como garantía de calidad
profesional?
4.-
PROMOCIÓN DEL EMPLEO ENFERMERO.
Tema
prioritario, aunque no para SATSE ni el Consejo General de Enfermería, ya que
solo le dedican 3 párrafos en todo el documento, vacios de contenido innovador
y de compromisos reales…
Y
podríamos seguir, pero ya hemos plasmado suficientes motivos para argumentar
nuestra oposición a este pacto, acuerdo o como quieran llamarlo. Para el
SINDICATO DE ENFERMERÍA UGT no es más que una prueba más del interés del
Consejo General de Enfermería y del sindicato de enfermería SATSE de obtener
beneficios económicos a través de obligar o inducir a los profesionales de
enfermería a realizar actividades formativas o de acreditación muchas veces
innecesarias e inútiles. Las circunstancias sociales y económicas actuales son
el caldo de cultivo perfecto para ello… La enfermería no se lo merece. BASTA
YA.