miércoles, 7 de agosto de 2013

EL SINDICATO DE ENFERMERÍA UGT EN CONTRA DEL PACTO DE LA SANIDAD

El 30 de julio, la autoproclamada Mesa Estatal de la Profesión Enfermera, formada por el Consejo General de Enfermería y el sindicato de enfermería SATSE, firmaron un Acuerdo con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (con su titular Ana Mato), denominado Pacto por la Sanidad, con el objetivo de consolidar y garantizar la sostenibilidad y la calidad del Sistema Nacional de Salud.

Hasta aquí normal. Lo que debería ser una noticia más de la profesión, que ni siquiera será leída por la mayoría de los profesionales de enfermería, puede llegar a ser uno de los mayores atentados perpetrados contra nuestra profesión.

Vayamos por partes. En primer lugar la forma es totalmente inaceptable, y así lo manifestó UGT en su INFORMA de 31 de julio (adjunto). Un Consejo General de Enfermería (al que nos vemos obligados a pertenecer pagando unas cuotas que sirven para mantener a un desconocido número de "profesionales" de la representación colegial en Madrid) y un sindicato corporativo, no ostentan la real y objetiva representatividad del total de la profesión enfermera. Muchos colectivos (sociedades científicas, asociaciones, el ámbito universitario con sus centros y sus estudiantes, etc.) no están representados y cuentan con un gran número de profesionales que forman parte de ellas de manera VOLUNTARIA. Tampoco olvidemos a los SINDICATOS MAYORITARIOS de este País, entre los que se encuentra UGT y por lo tanto el SINDICATO DE ENFERMERIA UGT, que continúa siendo invisible tanto para los órganos del Gobierno como, lo que es inaceptable por denostar un manifiesto partidismo, para los órganos colegiales de enfermería. No olvidemos que tod@s l@s enfermer@s están por obligación colegiados, incluso l@s afiliad@s al SINDICATO DE ENFERMERÍA UGT... aunque los responsables de los Colegios de Enfermería y del Consejo General quieran ignorarlo.

Si además nos fijamos en lo expuesto en el Comunicado de los Colegios Oficiales de Enfermería de Alicante, Castellón, Islas Baleares, Murcia y Valencia, parece que el proceso interno que siguió el Consejo General de Enfermería (al que, no olvidemos, pertenecemos tod@s l@s profesionales de enfermería) no parece que fuera la máxima prueba del funcionamiento de la democracia, más bien un ..."esto es lo que hay,... o estás conmigo o contra mí... y si es así prepárate".

Pero este aspecto, que es tremendamente importante, es totalmente relegado a un segundo plano cuando analizamos el fondo de la cuestión.

1.- PRESCRIPCIÓN ENFERMERA:

Desde el SINDICATO DE ENFERMERÍA UGT ya nos hemos pronunciado en multitud de ocasiones y diferentes foros sobre nuestra postura en este tema. Sin embargo, nunca hasta ahora nos habíamos sentido como enfermer@s tan manipulados y tan menospreciados. A pesar de la línea seguida por la Tribunal Superior de Justicia de les Illes Balears al respecto, de las opiniones vertidas en varios Congresos, de lo manifestado en múltiples blogs de enfermería, el Consejo General de Enfermería no solo ignora esa línea de opinión, sino que se reafirma en considerar que toda la enfermería de este país es tonta y que no tiene la más mínima preparación profesional para prescribir lo que cualquier persona puede adquirir libremente en cualquier farmacia o incluso supermercado. ¿Hasta qué punto el Consejo General de Enfermería tiene derecho a minusvalorar de esta manera a todos los profesionales? Yo, como ciudadano de a pie puedo ir a cualquier farmacia y comprarme cualquier medicamento o producto sanitario (léase pañales, gasas, etc.). Sin embargo, el Consejo General de Enfermería y el sindicato de enfermería SATSE afirman y exigen al Gobierno que obligue a toda la enfermería de este país a realizar un proceso de acreditación “científica” para poder prescribir (escribir en un papel) la Orden de Dispensación Enfermera con cualquiera de estos productos.

Es insultante. Un atentado a la inteligencia de la enfermería y un menosprecio total a todos los programas formativos universitarios de España. Por ahora no nos queda más remedio que seguir colegiados, pero ¿seguirán voluntariamente afiliad@s l@s profesionales de enfermería al SATSE cuando les considera incapaces de prescribir este tipo de productos? Mucho nos tememos que sí… y este hecho solo viene a dar la razón tanto al Consejo como al SATSE.

En el peor de los casos podríamos discutir, e incluso aceptar, que se necesita una mínima acreditación (más que nada una actualización o reciclaje de conocimientos) para la prescripción enfermera de medicamentos sujetos a receta médica. Pero el hacer extensiva esta necesidad a los productos sanitarios y a los medicamentos NO sujetos a receta médica nos parece una forma muy sutil de enmascarar un suculento encubierto negocio de formación. La Escuela de Ciencias de la Salud del Consejo General de Enfermería y la FUDEN del SATSE ya ofertan cursos de prescripción enfermera. Según el acuerdo firmado, se librarán de esta necesidad los Graduados en Enfermería y la Enfermería Especialista, curioso guiño al ámbito universitario que, junto a Colegios Profesionales y “entidades profesionales que promuevan su desarrollo profesional continuo” (FUDEN = Fundación para el Desarrollo de la Enfermería) son las únicas entidades autorizadas para impartir la formación necesaria para obtener la acreditación del Ministerio de Sanidad.

Así están las cosas. El colectivo médico ha impuesto su criterio y ha conseguido que sus “ayudantes” les cumplimentes sus recetas de forma legal (lo que se ha venido haciendo toda la vida incurriendo en delito), que era lo único que les interesaba. A partir de aquí el resto son trabas y ataques contra la enfermería. Quienes debían defendernos han tragado con el único fin de poder lucrarse con una formación totalmente innecesaria. Y, para colmo, nos dan 5 años a toda la enfermería no graduada ni especialista, para obtener la acreditación. ¿Y si no me da la gana, qué pasará? ¿Me bajarán el sueldo (porque subirlo ya queda claro en el documento que no lo harán ni generará ningún derecho laboral)? ¿Me despedirán? ¿Tendré que dejar que el médico haga sus propias recetas…? En fin… un poco de ironía en el tema…

Que los/as colegiados/as pidan explicaciones al Consejo General, que los afiliados/as pidan explicaciones al SATSE…. El SINDICATO DE ENFERMERIA UGT, si no fuera responsable con la calidad asistencial y con el cuidado de los pacientes pediría a todos los profesionales de enfermería que, hasta que todo este tema se desarrolle, se limitaran a hacer estrictamente lo que dicen que sabemos y no hiciera nada de lo que dicen no sabemos hacer y para lo que nos van a exigir una acreditación. No prescribimos nada… el Sistema se colapsa en un día.

2.- ESPECIALIDADES.

Un brindis al sol, lleno de buenas intenciones, “sujeto a la disponibilidad económica de los Presupuestos Generales del Estado y de las CCAA”…. Vamos, mañana mismo nos suben el sueldo, nos integran en el Grupo A1 y nos pagan un complemento de especialidad…. Va a ser que no.

El capítulo de las especialidades de enfermería tampoco tiene desperdicio. Han pasado muchos años desde el Decreto de Especialidades de Enfermería y lo único que consiguen es el compromiso del Ministerio de Sanidad a “definir y regular las funciones específicas de los enfermeros especialistas; realizar un estudio sobre las necesidades en enfermería especialista (a buenas horas), promover la creación de la categoría de enfermero especialista en el SNS (no especifican ningún aspecto económico ni laboral, ni si existirá libre movilidad entre puestos de trabajo) y definir los puestos de trabajo que tengan que ser catalogados como específicos en cada especialidad.”

No hay plazos… ¿para qué? El punto 6 de este capítulo dice:

“A los efectos de garantizar la seguridad de los pacientes (parece que para ellos toda la enfermería es peligrosa para la salud) y hasta que se desarrollen en su totalidad las especialidades de enfermería, se acuerda promover un sistema para que en el acceso a determinados puestos de trabajo para los cuales, por su especialidad, resulte conveniente acreditar una cualificación adicional, se requiera estar en posesión de un Diploma de Acreditación o Acreditación Avanzada, conforme se determine en la norma correspondiente”.

Más negocio a la vista. En vez de exigir al Ministerio de Sanidad que dedique todos sus esfuerzos y recursos a finalizar el esperpéntico proceso de las especialidades, ahora hay que redactar normas provisionales y temporales mientras finaliza el proceso (pero sin prisa) que permitan al Consejo General de Enfermería y al SATSE seguir lucrándose con la formación. Primero fueron los cursos para la obtención del título de especialista por vía extraordinaria, ahora serán los cursos para la acreditación o acreditación avanzada (dos niveles para garantizar el negocio) para trabajar en puestos de especialista. Y la enfermería de este país traga con todo. Se matricularán y pagarán… todo para aumentar las posibilidades de trabajo. Pero ese es otro tema.

3.- COMPETENCIA PROFESIONAL CONTINUADA (CERTIFICACIÓN Y RE-CERTIFICACIÓN)

Independientemente de nuestra opinión al respecto, no es el momento de priorizar este tema. Cuando las condiciones laborales son cada vez más precarias y cuando hay un índice de desempleo en la profesión enfermera como nunca antes, hay temas prioritarios a la certificación.

Es una prueba más de que lo único que les motiva es perpetuar las fuentes de ingresos con la formación. Se garantizan que toda la enfermería, graduada o no, especialista o no, tenga que pasar obligatoriamente por caja para obtener un certificado de acreditación de competencias y su correspondiente recertificación periódica. Y me pregunto…una vez esté desarrollada esta certificación ¿continuará siendo obligatoria la colegiación como garantía de calidad profesional?


4.- PROMOCIÓN DEL EMPLEO ENFERMERO.

Tema prioritario, aunque no para SATSE ni el Consejo General de Enfermería, ya que solo le dedican 3 párrafos en todo el documento, vacios de contenido innovador y de compromisos reales…

Y podríamos seguir, pero ya hemos plasmado suficientes motivos para argumentar nuestra oposición a este pacto, acuerdo o como quieran llamarlo. Para el SINDICATO DE ENFERMERÍA UGT no es más que una prueba más del interés del Consejo General de Enfermería y del sindicato de enfermería SATSE de obtener beneficios económicos a través de obligar o inducir a los profesionales de enfermería a realizar actividades formativas o de acreditación muchas veces innecesarias e inútiles. Las circunstancias sociales y económicas actuales son el caldo de cultivo perfecto para ello… La enfermería no se lo merece. BASTA YA.